dissabte, 27 d’agost del 2011

CAPÍTULO 3: Llantos

Noté que le cambiaba la expresión, y la ví mucho más seria que antes. Ya no sonreia, y le caía una lágrima por la mejilla.
  -Izan era increíble, atento, cariñoso...pasábaoms tardes increíbles juntos, nos veíamos todos los días, nos pasábaoms horas infinitas juntos, hablando, me hacía regalos...era perfecto, enserio.
Pero cuando llevábamos año y medio saliendo, un día discutímos un montón.
Yo había oído que se había acostado con otra chica, y al preguntarle si era verdad, se cabreó, porque decía que no confiaba en él.
Poco a poco fuimos sacando todo lo que no nos habíamos dicho unnca hasta el momento, y la cosa fue empeorando.
Así que se hartó, cogió la moto, y se largó.
Por mala pata, ese día llovía un montón y...- Dejó de hablar, se secó las lágrimas, respiró hondo, y continuó. - y en una curva la moto resvaló, y ambos cayeron al suelo. La moto cayó encima de él, rompiéndole varios huesos y estampándole la cabeza contra el suelo. Se hizo una brecha enorme, y estubo media hora hasta que llegó la ambuláncia medio desangrandose.
Al enterarme yo, dos horas más tarde, él estaba muy grave en el hospital, y fui a verle.
Cuando llegué, hablé con su madre, y me dijo que habái preguntado por mí hacia ya una  hora, pero que para  calmarle el dolor, lo sedaron y ahora dormia.
Entré a verle a la sala... tenía una pinta horrible. Moratones, bendas por todo el cuerpo...cables y un montón de cosas. Le cogí la mano, y empecé a hablarle, a disculparme por lo ocurrido... jamás le había repetido tantas veces que le quería, que le amaba.
Pasé horas junto a él, hasta que tube que irme. Pero antes, su madre me dijo que me avisaría cuando despertara al día siguiente. A las 8 de la mañana del día siguiente, ya estaba plantada en el hospital. Estaba despierto cuando llegué, así que entré a verlo.
Estubimos media hora hablando...nos perdonamos, y le dije todo lo que le quería, que no quería separarme de el jamás, que era lo que daba sentido a mi vida... él me dijo lo más bonito que me podían haber dicho nunca: " Cariño, te quiero, y eso va a ser siempre así, por mucho tiempo que pase, siempre te voy a querer, no voy a olvidarme nunca de tí".
Al rato, tube que marcharme. Al llegar a casa, me acosté, y saboreé sus palabras...palabras que nunca se me van a olvidar. A las cinco de la mañana, me sonó el movil, era su madre, diciéndome que tenía que ir al hospital, que había pasado algo.
Salí de casa sin pensármelo un minuto, sin decirle nada a mis padres.
Cuando llegué, me encontré a la madre de Izan llorano en el pasillo del hospital. No hacía falta palabras que me dijeran que había ocurrido.
Así que abracé a su madre lo más fuerte que podía, y lloramos juntas. Nunca me había sentido tan mal.
Pasé meses encerrada en casa sin salir, llorando, pensando en que mi vida había acabado, que sin él era imposible que volviera a estar felíz.
Un dia, vino a casa una abuela mía, que vive en Alemania, expresamente a verme a mí. Estubimos tiempo hablando, y no sé como, me hizo entrar en razón. Se lo voy a agradecer toda la vida. Me salvó de volverme loca. Al dia  siguiente, volví a clase...parecía un bicho raro, todo el  mundo me miraba con indiferencia, con mala cara...era horrible. Y por si no fuera poco, todos me recordaban lo que pasó con Izan.
Pero poco a poco me fui recuperando, y volví a salir con mis amigos...y bueno, aquí estoy.
Pero después de eso, no he vuelto a estar con nadie, no me atrevo, me da miedo que pueda pasarme otra vez...
  - Alicia, eso fue un mal golpe de suerte, una de las muchas patadas que te da la vida...pero no se acaba ahí el mundo, tía, hay millones de chicos estupendos por el mundo. Izan querría que fueses felíz, no que te hundieses en la miseria.
  - Grácias por escucharme, Sara. Eres una buena amiga.- Me sonrió, y la abracé muy fuerte.


2 comentaris: